Hace 3 meses o un poco más, decidí retomar
mi carrera, pensé de que Avril ya estaba grande y que podía enfrentar, el estar
sin mamá por más de 8 hrs. al día, sin embargo me equivoque. Día a día la
situación se tornaba mas difícil, la culpa de no estar con ella, sus
terribles... "¿mamá, hoy no iras al trabajo?", "¿Mañana te
quedaras todo el día conmigo?", "Quiero dormir contigo"... me
estaba matando... no veía los días en que culmine mi contrato para poder estar
con ella.
En los siguientes días ella
cambio su comportamiento, su forma de desenvolverse, empezó a pegar, a patear,
muchos me decían que podría ser por el nuevo bebe, pero yo no lo creía, ella
trataba de demostrarme que me extrañaba y necesitaba llamar mi atención.
Quizá
para algunos el dejar de trabajar, posponer
los planes y tu carrera, sea una decisión desacertada, pero para mí fue la
mejor ¿Porque no disfrutar la mejor etapa de mi hija si puedo hacerlo? Despertar con ella y que me diga buenos
días mami, de los besitos reconfortantes que te hacen olvidar los malos ratos,
de ver el esfuerzo que hace por ayudarte, las carcajadas sin motivo, los
momentos en vela porque se enfermó, ser yo quien le tome la temperatura y no
que me lo cuenten por teléfono, descubrir con ella cada una de sus emociones y
enseñarle a sobrellevarlas, aprender a controlar los berrinches (ambas!!! respira...),
esas miradas cómplices.... Valen la pena.
Hoy más que nunca admiro la valentía de las madres que trabajan fuera de casa, que dejan a sus pequeños durmiendo o muchas
veces llorando y salen corriendo al trabajo haciendo de tripas corazón.
Cariños.
Roxana
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